jueves, 26 de abril de 2012

dias


el primer día estabas cansado, el segundo venía tu viejo, el tercero muy bien no me acuerdo, pero en el cuarto estabas abrumado por todo eso de tener un pasado.
el quinto fue absurdo, pero seguí creyendo.
el sexto desolador y el octavo, un sabado, apagado.
el noveno fue mi cumpleaños, estabas muy ocupado.
el décimo fue la gota de vino que revalso la copa... la llené de uno dulce y transparente, como tu presencia inexistente.
a partir del día 10 ya no cuento más , todo fue igual, triste y repugnante, de insomnio y frío, de lluvia y libro.

la cama sigue desarmada, como vos la dejaste. yo duermo en el piso para no extrañarte, para pensar en la incomodidad del piso flotante (que de flotante no tiene nada).
seguro ya tapaste todos esos huecos que había en tu existencia, sé muy bien que te facilite la tarea.
pudiste empezar de nuevo...
yo me quede en el suelo contando los agujeros que dejaste en la mía.